En esta sesión cambiamos de animales protagonistas, aunque no salimos de la granja. Hemos analizado dos libros-álbum que relatan el cuento tradicional del pollo (en una de las obras) o gallo (en otra) Kirico.

El gallo Quirico. Tareixa Alonso, texto/Alicia Suárez, ilustración. Editorial Kalandraka.

El pollo Kiriko. Paula Carbonell, texto/Carmen Queralt, ilustración. Editorial Libros de las Malas Compañías.

El primero de ellos refleja fielmente la historia «canónica» y la ilustra con unas imágenes que se inspiran en el surrealismo, haciendo referencia a Miró y Dalí. El gallo y todos los demás animales se transportan a un escenario urbano donde abundan los objetos personificados (farolas, semáforos), las grandes perspectivas con caminos ondulantes, los encuadres con picados y contrapicados y los colores vivos.

La ilustración encierra también enigmas, como la foto en blanco y negro de una carretera que aparece en las guardas, en contraste con lo que vendrá a continuación.

En el caso de El pollo Kiriko estamos ante un libro de formato muy pequeño, auténticamente de bolsillo, con formato acordeón, dentro de una faja y troquelado. Lo primero que nos preguntamos es si este formato tiene sentido, obedece a algún fin. Quizá tiene que ver con la necesidad de transportar fácilmente libros para niños y el acordeón da a la historia un sentido cíclico, de un cuento sin fin, idea que se refuerza con la aparición de un reloj en muchas de sus páginas que va marcando las horas de este relato, que sucede en un día. Cuando le damos la vuelta al acordeón la jornada comienza otra vez.

En este álbum las ilustraciones son collages con colores neutros y con una paleta muy reducida.

Algunas asistentes consideran que la letra es muy pequeña, pero hay una buena distribución de ilustración y texto creando buenas escenas con una especial maestría, ya que siempre hay que hacer coincidir la cabeza del pollo, que es solo una y sobresale por encima de todas las páginas, con el cuerpo de cada página.

En cuanto a la historia, el primer libro es el más fiel; el segundo, elimina a uno de los personajes principales: el gusanito, que al comienzo es devorado por el gallo y desencadena toda la acción.

El cuento tiene forma de retahíla y es acumulativa. El gallo/pollo recibe una engañosa invitación a una boda en la que pasa de huésped a plato principal. El gusanito, al que quieren y protegen todos los animales protagonistas de la historia, acaba triunfante su aventura, frente al gallo malo, presuntuoso y mentiroso.

Destaca la aparición de la muerte en el segundo libro, la única capaz de vencer a los hombres.